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	<title>Irán &#8211; Foro de Debates Mario Conde</title>
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		<title>Revista de prensa: «Después de las elecciones: EE. UU. y Europa» (Norman Birnbaum, El País)</title>
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		<dc:creator><![CDATA[Administracion]]></dc:creator>
		<pubDate>Thu, 25 Nov 2010 03:59:57 +0000</pubDate>
				<category><![CDATA[Política y Sociedad Civil]]></category>
		<category><![CDATA[EE. UU.]]></category>
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										<content:encoded><![CDATA[<p style="text-align: justify;"><a href="https://foro.marioconde.org/wp-content/uploads/2010/11/usa_europe.jpg"><img loading="lazy" class="alignleft size-medium wp-image-3528" title="usa_europe" src="https://foro.marioconde.org/wp-content/uploads/2010/11/usa_europe-300x200.jpg" alt="" width="181" height="120" srcset="https://www.marioconde.org/foro/wp-content/uploads/2010/11/usa_europe-300x200.jpg 300w, https://www.marioconde.org/foro/wp-content/uploads/2010/11/usa_europe.jpg 450w" sizes="(max-width: 181px) 100vw, 181px" /></a>El siguiente artículo, publicado ayer en el diario <em>El País,</em> analiza alguna de las consecuencias de la victoria republicana en las últimas elecciones legislativas de Estados Unidos y aborda diferentes aspectos de las relaciones entre el país norteamericano y Europa. Lo reproducimos a continuación porque creemos que plantea un interesante debate:</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;">Las recientes elecciones norteamericanas se prestan a diversas interpretaciones. Votó un país diferente al que eligió a Obama en 2008 y es imposible saber qué país será el que vote en 2012. Dependerá mucho de cómo lo hayan hecho los partidos en el Congreso y en los Gobiernos estatales, de qué candidatos se elijan, de la economía y de los imponderables que sucedan en el mundo, más allá de nuestras fronteras. Merece la pena subrayar, no obstante, que en estos comicios de 2010 la política exterior y la guerra apenas han sido objeto de debate e incluso ni se han mencionado.</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;">La nueva mayoría republicana en la  Cámara, así como una ampliada y envalentonada minoría republicana en el Senado, intentará detener o sabotear los proyectos multilaterales de Obama, el acercamiento a Rusia, la relativamente cauta y cada vez más ambivalente relación con China, la renuncia (hasta ahora) a emprender la guerra contra Irán y la (mínima) presión a Israel. Demostrará poca paciencia y aún menos comprensión con los intentos del presidente de coordinar una política económica con otras naciones.</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;">Antonio Caño tenía razón al señalar que los fondos destinados al desarrollo internacional, la salud y los programas sociales se verán afectados. Los republicanos, que abogan ruidosamente en favor del rigor presupuestario, enmudecerán cuando se les pida que den su acuerdo en sus distritos correspondientes a significativos recortes del gasto militar. El contradictorio proceso de toma de decisiones en la política exterior y la política militar se producirá cada vez más de ese modo.</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;">Obama tiene que nombrar al sucesor de Robert Gates, que deja la Secretaría de Defensa. Tal vez designe a una figura tecnocrática, dando un alcance aún mayor al peso político de la secretaria de Estado Hillary Clinton, o tal vez pida a esta que se instale en el Pentágono. Podría nombrar luego secretario de Estado al general Petraeus, que ostenta un doctorado en Relaciones Internacionales, y encargarle de negociar la retirada de Afganistán. Uno imagina que el general estaría encantado de abandonar Kabul, empezando por él mismo.</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;">Estas cuestiones nos parecen ahora muy importantes, pero de aquí a algunos años nos parecerán relativamente intrascendentes. Los historiadores subrayarán la inmovilidad de la política exterior y del aparato militar, la idea fija del liderazgo global norteamericano, nuestra incapacidad de reducir las pérdidas hasta después de consumada la catástrofe. El pueblo norteamericano, aparte de ocasionales murmullos e intereses particulares,lleva esas cargas con la paciencia de Job. El público, exceptuada una minoría de críticos, es inmune al argumento de que nuestro imperio es como el de Roma cuando vaciaba a la nación de su sustancia moral y material. Visto desde una perspectiva más amplia, poco importa que el problema sea Afganistán, China, Cuba o Irán. Nuestras élites necesitan cumplir misiones que tienen unos objetivos en absoluto sublimes, si bien no reconocidos, los del mantenimiento de su poder tanto en el interior como en el exterior.</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;">¿Y qué decir de las relaciones de EE UU con Europa? En la reunión del G-20, los europeos, aunque no unánimemente, han dado a entender su rechazo a aceptar las recetas de la política económica norteamericana. En otros ámbitos, sin embargo, los líderes de la  Unión Europea se muestran pasivos, paralizados todavía por cierta idea de asociación transatlántica que es obsoleta desde hace décadas. Prefieren no pensar en el primitivismo que representa el auge de los republicanos. Los europeos rara vez se rebelan contra la transformación de la OTAN en un instrumento de las políticas, la exterior y la militar, de Estados Unidos. En última instancia (como en la crisis de Georgia) solo a veces llegan a poner de manifiesto sus reservas.</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;">Los ciudadanos de la UE a los que se interroga y se les toma las huellas dactilares en nuestras fronteras no tienen ese privilegio: son soldados de a pie en nuestra unilateral guerra contra el terror. Es imposible discernir el interés europeo en la guerra contra el islam practicada por el Gobierno de EE UU mientras el presidente lo menosprecie de modo tan elocuente. Un milenio de proximidad europea al mundo musulmán cuenta menos en la configuración de la política occidental que los ignorantes desvaríos presentes en nuestro Internet, en nuestros medios de comunicación y en los pasillos del Congreso.</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;">La herencia del sentimiento de culpa por el Holocausto en Europa es comprensible. Pero constituye un fundamento inadecuado para la política europea en Oriente Próximo. Aparte de ocasionales rupturas con la obediencia a la titubeante línea de Estados Unidos en Oriente Próximo, en términos diplomáticos y económicos la Unión  Europea ha optado allí por el desarme unilateral, cediendo a los caprichos de la política estadounidense. Los líderes de la UE parecen no ser conscientes de que en Estados Unidos existe una creciente impaciencia de mucha gente frente a Israel, incluyendo a un considerable número de judíos americanos.</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;">Es verdad que la aquiescencia europea a la pelea norteamericana con Irán no es total. Pero el firme rechazo de Brasil y Turquía a aceptar la absurda versión norteamericana sobre lo que pasa en Irán todavía contrasta con la discreta reticencia de los europeos. Sin embargo, dicha versión legitima el emplazamiento de misiles en Europa y de ese modo hace del continente un campo de tiro potencialmente disponible tanto para «cruzados» como para islamistas.</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;">Mientras los europeos no conciban su política exterior y su política militar basadas en su propia historia, buscarán una asociación con un Estados Unidos construido según su imaginación. La idea de que la realidad disciplinará a los republicanos recién llegados a Washington es más que dudosa. Los presidentes norteamericanos rara vez superan la inercia imperial, y Obama no es una excepción. El desanimado presidente y sus recién investidos adversarios se enfrentarán, pero cambiarán muy pocas cosas.</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;">La cumbre de la OTAN en Lisboa debía reciclar 60 años de clichés y es difícil de imaginar lo que, sustancialmente, se logró en ella y en las consiguientes conversaciones entre Estados Unidos y la  Unión Europea. A decir verdad, no está claro que se escucharan exigencias a favor de un diferente rumbo norteamericano respecto a Europa. De momento, y en cualquier caso, la política norteamericana se seguirá produciendo en una caja de resonancia.</p>
<p style="text-align: justify; padding-left: 30px;"><em><strong>Norman Birnbaum</strong> es catedrático emérito en la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown. Traducción de Juan Ramón Azaola.</em></p>
<p style="text-align: justify;"><em>Publicado en </em>El País<em> el 24 de noviembre de 2010.</em></p>
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		<title>Irán y el mundo en un momento crítico</title>
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		<dc:creator><![CDATA[Joaquín Tamames]]></dc:creator>
		<pubDate>Tue, 31 Aug 2010 03:00:03 +0000</pubDate>
				<category><![CDATA[Política y Sociedad Civil]]></category>
		<category><![CDATA[Armamento nuclear]]></category>
		<category><![CDATA[intervención militar]]></category>
		<category><![CDATA[Irán]]></category>
		<category><![CDATA[sanciones económicas]]></category>
		<category><![CDATA[tensión]]></category>
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					<description><![CDATA[Irán sigue adelante con su programa de desarrollo de energía nuclear para fines civiles. No sabemos si como preludio a la fabricación de la bomba o efectivamente solo para su... <a href="https://www.marioconde.org/foro/2010/08/iran-y-el-mundo-en-un-momento-critico/">Leer más &#187;</a>]]></description>
										<content:encoded><![CDATA[<p style="text-align: justify;"><a href="https://foro.marioconde.org/wp-content/uploads/2010/08/map-of-iran.jpg"><img loading="lazy" class="alignleft size-full wp-image-2714" title="map-of-iran" src="https://foro.marioconde.org/wp-content/uploads/2010/08/map-of-iran.jpg" alt="" width="250" height="246" srcset="https://www.marioconde.org/foro/wp-content/uploads/2010/08/map-of-iran.jpg 250w, https://www.marioconde.org/foro/wp-content/uploads/2010/08/map-of-iran-50x50.jpg 50w" sizes="(max-width: 250px) 100vw, 250px" /></a>Irán sigue adelante con su programa de desarrollo de energía nuclear para fines civiles. No sabemos si como preludio a la fabricación de la bomba o efectivamente solo para su utilización pacífica, tal como defienden sus autoridades.</p>
<p style="text-align: justify;">La “comunidad internacional” ha señalado que dada su posible conversión a fines militares, la continuidad del programa nuclear iraní es inaceptable, y a propuesta de Estados Unidos ha impuesto un draconiano régimen de sanciones económicas, basado, como otros bloqueos previos, en una doble lógica: (1) forzar a Irán a dar su brazo a torcer, ante el daño económico que se le causa; (2) provocar que haya un golpe de estado por parte de los “reformistas”, con la esperanza (que no certeza) de que una vez en el poder cuestionarían el programa nuclear. El Gobierno de Estados Unidos no ha considerado otras posibilidades de actuación alternativas, entre ellas la iniciativa conjunta de Brasil y de Turquía de tutelar el programa nuclear iraní, que hubiera evitado el recurso a las sanciones. Es más, ha recibido estas iniciativas alternativas con enfado y disgusto no disimulados.</p>
<p style="text-align: justify;">Es más que dudoso que el programa de sanciones alcance el objetivo previsto. No solo por la evidencia de que embargos de este tipo refuerzan más que debilitan al poder existente (los casos de Cuba, Corea del Norte e Irak son claros), sino también porque refuerzan el sentido del colectivo, que ante la amenaza exterior muestra una cohesión y fuerza inquebrantables, más aún en el caso de Irán, donde la cultura del martirio alcanzó su máximo apogeo en la guerra de 1980-88. (Irán, país atacado, no recibió ningún apoyo: la comunidad internacional se puso del lado de la potencia agresora, Irak). Además, el mayor perjudicado de las sanciones es siempre la población civil, a la que se carga con más penurias y sufrimiento de las que ya soporta. Y el régimen iraní, ante las irregularidades en las elecciones de 2009 y la consecuente y justificada protesta popular, ya ha respondido con una mayor represión aún mayor a cualquier movimiento liberalizador, por lo que la sociedad iraní sufre así doblemente.</p>
<p style="text-align: justify;">Y este sufrimiento no es irrelevante a efectos geopolíticos. Recordemos que una de las tres razones invocadas por Bin Laden para justificar los ataques del 11-S fue precisamente los miles de niños iraquiés (hasta medio millón según Naciones Unidas) que murieron como consecuencia de las sanciones impuestas por Estados Unidos y Reino Unido entre la primera (1991) y la segunda (2003) guerras del Golfo (los otros dos motivos invocados fueron la presencia permanente de tropas “infieles” en Arabia Saudita y el apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel en el trato a los palestinos). Medí Karroubi, candidato reformista presidencial a las elecciones de  Irán en 2009 argumenta que estas sanciones son “un regalo para el régimen” (entrevista en The Guardian 12.08.2010). Estamos de acuerdo con esta apreciación.</p>
<p style="text-align: justify;">Una corriente de opinión muy extendida da por descontado que según la lógica geopolítica imperante, es cuestión de meses que Israel intervenga militarmente tal como hizo en 1981 cuando destruyó la central nuclear de Osirak que estaba siendo construida por el Irak de Sadam Hussein (Irán también atacó esas instalaciones el 30 de septiembre de 1980, a los pocos días de ser invadida por Irak). La prensa israelí especula abiertamente con la posibilidad de dicha intervención militar.  Por ejemplo, <em>Haaretz</em>, el respetado medio de información israelí, publicó a mediados de agosto un artículo sobre “cuál sería la reacción de la comunidad internacional el día después de la intervención” (<a href="http://www.haaretz.com/print-edition/opinion/the-morning-after-the-attack-on-iran-1.307474">http://www.haaretz.com/print-edition/opinion/the-morning-after-the-attack-on-iran 1.307474</a>). En otro reciente artículo en <em>Haaretz</em>, se atribuye una probabilidad del 50% a un ataque a las centrales nucleares de Natanz, Quom y Esfahan, y posiblemente al reactor de Bushehr, construido por Rusia. Estados Unidos ha declarado oficialmente que en relación con Irán, “todas las posibilidades están en la mesa” (implícitamente también la militar). Y, según estas fuentes que como decimos aparecen en la prensa diaria, Estados Unidos daría el visto bueno a la intervención de Israel aunque no colaborara directamente en el ataque (<span style="text-decoration: underline;"><a href="http://www.haaretz.com/blogs/focus-u-s-a/focus-u-s-a-will-israel-really-attack-iran-within-a-year-1.307211">http://www.haaretz.com/blogs/focus-u-s-a/focus-u-s-a-will-israel-really-attack-iran-within-a-year-1.307211</a></span><span style="text-decoration: underline;">).</span></p>
<p style="text-align: justify;"><span style="text-decoration: underline;"> </span></p>
<p style="text-align: justify;">Esta intervención militar estaría también muy alineada con los intereses de los fabricantes de armamento y del importantísimo lobby que está detrás del comercio mundial de armas, especializado además de en la venta de armas en la “venta de miedo”. En este sentido, nos parece siempre oportuno recordar que John Keneth Galbraith, en su etapa de embajador de Estados Unidos en India, atribuyó la causa de la guerra de 1965 entre India y Pakistán a la venta por parte de Estados Unidos de aviones de combate a Pakistán. Y en este tema la responsabilidad de la mayoría de los países occidentales es altísima, pues son los que fabrican las armas más letales y sofisticadas. Y en definitiva los que compran las armas y permiten este estado de cosas, que se retroalimenta, son los gobiernos, precisamente con el dinero de los contribuyentes, creándose un círculo vicioso que resulta cada vez más evidente.</p>
<p style="text-align: justify;">A mucha distancia del Golfo, Fidel Castro ha manifestado a sus embajadores convocados en La Habana su opinión del riesgo de un conflicto nuclear a propósito de la cuestión. El hecho de que Fidel Castro sea un dictador antidemocrático no debe distraernos de estas advertencias. Irán por su parte ha anunciado que no se echará atrás en su programa nuclear y que en la eventualidad de un ataque, responderá. Y la propia Liga Arabe acaba de pedir un programa de inspecciones internacionales sobre Israel, a la vez que exige a Estados Unidos que no ampare el secretismo en torno a la posesión de la bomba por Israel. La Unión Europea, lamentablemente, aparece como un actor secundario, a rebufo de lo que ordene Estados Unidos, sin iniciativas propias.</p>
<p style="text-align: justify;">Recordemos que el programa nuclear iraní fue iniciado en los años setenta por el Sha de Persia con la aquiescencia y apoyo de la comunidad occidental en general y de Estados Unidos en particular (en aquella época Irán era un aliado contra la URSS). Este programa fue cancelado por el ayatolá Khomeini, que consideraba que las armas nucleares eran “un instrumento del diablo”. Y ha sido resucitado, aunque por ahora solo en su vertiente civil, tras la guerra Irak-Irán en la que occidente y el mundo árabe apoyaron en bloque a Irak (Arabia Saudita por importe de 25.000 millones de dólares de la época).</p>
<p style="text-align: justify;">Irán por su parte ha contribuido a exacerbar al máximo la tensión en la zona con su repetida negación del derecho a existir del Estado de Israel y la negación por su presidente Ahmadinejad del Holocausto judío. Pero también Turquía (país miembro de la OTAN) niega rotundamente el genocidio y también Holocausto armenio (1,5 millones de personas masacradas en la primavera de 1915) perpetrado por el Imperio Otomano, antecesor de la actual Turquía, y sobre el que existen absolutas pruebas históricas. Y por su parte Israel, con su brutal tratamiento de las reivindicaciones palestinas y su negativa a cumplir la resolución 242 de Naciones Unidas respecto de los territorios ocupados, ha perdido la legitimidad moral que quizás tuvo en otros momentos. No es difícil por ello coincidir con Fidel Castro en que nos encontramos en un momento crítico.</p>
<p style="text-align: justify;">Lamentablemente, la intervención militar es la opción más lógica desde el punto de vista del establecimiento militar que gobierna la mente y consecuentemente la política exterior de los países occidentales. Esa es la lógica que ha imperado tras el final de la II Guerra Mundial (“la última guerra justa”, en opinión de muchos); y que lamentablemente se ha forzado (y vendido) haya o no <em>casus belli</em> &#8211;en caso de no haberlo, inventándose con mentiras. Por citar tres ejemplos de mentiras relevantes: conflicto de Suez, 1956; incidente del Tonkin en Vietnam, 1964; armas de destrucción masiva en Irak, 2003. En qué medida la presidencia de Barack Obama puediera significar una inflexión, está todavía por ver. Hasta la fecha hay más palabras que hechos, aunque admitamos que todo cambio requiera tiempo. Y ojalá en lo que queda de su mandato se haga merecedor del premio Nobel de la Paz y no sea otro caso como el de otros políticos a los que se ha concedido esta noble distinción.</p>
<p style="text-align: justify;">Irán es una nación antigua. Que pueda querer desarrollar armamento nuclear es perfectamente comprensible teniendo en cuenta su sufrimiento en la guerra 1980-88 iniciada por Irak. En esta guerra, Irak utilizó armas químicas contra el ejército iraní (gas mostaza y gas nervioso suministrados por Alemania), y recibió apoyo decisivo de la inteligencia estadounidense para localizar a las tropas a las que atacar con estas armas. En 1980 el mundo dio su apoyo a Sadam, al que se consideró el liberador de la “pesadilla” de la revolución iraní (muy parecido a como cuando Hitler invadió la URSS en 1941), e Irán estuvo solo. La experiencia del Irak de 2003 invadido basándose en mentiras también debe pesar en la psique iraní, sobre todo teniendo en cuenta el contraste con Corea del Norte, país “que se hace respetar” sobre la base de su capacidad nuclear. El hecho de que “aliados” de Estados Unidos sumamente inestables como Pakistán tengan la bomba es un factor adicional que pudiera llevar a Irán a considerar su posesión. Finalmente, la censurable política de intervención de Reino Unido y Estados Unidos en todo Oriente Medio en el siglo XX y en el XXI también son factores que avalan la desconfianza de Irán en torno a los verdaderos motivos de estas dos potencias. En este sentido, pensamos que es necesario leer el monumental trabajo “La gran guerra por la civilización”, de Robert Fisk (2006), cuyas 1.050 páginas en la versión original son un documentado, terrible y sensible recordatorio de la permanente injerencia de occidente en Oriente Medio, desde Argelia hasta Afganistán, originando dolor, miseria e injusticia, todo ello siempre revestido de las palabras “liberación”, “libertad”, “democracia” y “derechos humanos”.</p>
<p style="text-align: justify;">La única opción justa para resolver el dilema sería la desnuclearización del planeta. Hoy cuentan con armas nucleares nueve naciones: cinco de ellas (Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Francia y China) son firmantes del tratado de no proliferación nuclear, en tanto que cuatro (Pakistán, India, Corea del Norte e Israel) no lo son. Israel ni siquiera ha reconocido que disponga de armamento nuclear, aunque se da por hecho. La desnuclearización del planeta requeriría pues poner de acuerdo a nueve naciones, algunas tremendamente recelosas de las otras. Requeriría una visión a largo plazo de la que no ha hecho gala ninguna potencia hasta la fecha. Pero es la única solución. Los obstáculos serían enormes, pero insistimos en que es la única solución de seguridad de largo plazo.</p>
<p style="text-align: justify;">El mundo no debe permitirse más mentiras y más guerras, pues la guerra es el mayor fracaso humano. Desde sus despachos, los líderes políticos llevan el horror y la miseria al mundo. Llenan las ondas de discursos que leídos a posteriori producen indignación y vergüenza, tal es su falsedad y cinismo. Hay grandes intereses en promover las guerras, y las víctimas de las guerras son en primer lugar los débiles y desposeídos de las naciones más pobres. Estamos en un momento crítico de la crisis con Irán.  La sociedad civil debe movilizarse. Los ciudadanos debemos exigir que nuestros gobiernos trabajen para desnuclearizar el planeta y eliminar las guerras. Basta ya de mentiras y de desolación. La farsa debe terminar.</p>
<p style="text-align: justify;">Joaquín Roca y Joaquín Tamames, 18 de agosto de 2010</p>
<p style="text-align: justify;"></p>
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