Fernando, que dice ser maño, me envió tiempo atrás un documento interesante, al menos para mi. Trata de las posibles coincidencias entre el Pilar y el Tao.
Ni mas ni menos.
Ahí queda la cosa.
Seguro que a muchos interesa el asunto.
Por eso, para el fin de semana, os adjunto el pdf.
No es utopía. La grandeza existe
No he dispuesto de tiempo para elaborar, con la quietud necesaria, mi entrada en el blog de hoy. Tal vez no sea tiempo lo que escasee. Quizás falte algo de serenidad. O que verse obligado a consumir excesivas dosis de productos indigestos para el espíritu provoca una cierta reacción alérgica. Tal vez. Porque dije en la entrevista que debíamos, si queríamos salir adelante, erradicar el cinismo que ha presidido muchos de los comportamientos del pasado. Alguno de vosotros reaccionó asegurando que es pedir un imposible. Y ciertamente en estos días la lectura de los medios de comunicación provoca dosis adicionales de un espanto nada edificante para la creencia en la esperanza sobre el ser humano. Pero no. No es imposible. No puede serlo. De otro modo el plan de la creación consistiría en refocilar en lo nauseabundo. Y de todos los sinsentidos con los que nos toca lidiar en nuestra existencia, ese sería el que situaría en la cima de su escala.
Unas palabras de esperanza sobre hechos reales de una vida
Es todavía temprano, poco mas de las cinco y acabo de terminar de agradecer algunos correos recibidos a propósito de la intervención de ayer en Intereconomía. Asegura JGenova que me presentaron como “Financiero. Licenciado en derecho” y lo interpreta como gesto de humildad. Bueno, en cuanto a lo de financiero puede ser que no, pero lo de licenciado en Derecho desde luego, porque de los pocos puntos de vanidad que todavía almaceno en ciertas alacenas del alma destaca mi condición de Abogado del Estado, y no tanto por mis notas al superar la oposición, sino por el gran placer que sentí al estudiarla.
La crisis es inevitable. ¿Reconducirla en beneficio de todos es posible?
Desde los comienzos de la crisis sostuvimos aquí que nos encontrábamos ante una crisis de base financiera mas que económica. Nunca dijimos, ni mucho menos, que la economía española fuera estructuralmente perfecta. Para nada. Está claro que los sectores en los que se apoyaba, y se sigue apoyando, esto es, turismo, construcción y promoción inmobiliaria, disponían de defectos estructurales obvios. Es igualmente una obviedad que las consecuencias que en términos de competitividad se derivaban desde la introducción político/emocional del euro se intentaron corregir con mano de obra importada a precios inferiores a los normales del mercado. Todo ello fue creador de espejismos a corto plazo. Nadie se detenía a mirar en el fondo del problema. Y mientras navegábamos envueltos en una bonanza en gran medida artificial, construíamos el sector exterior mas deficitario en términos relativos de toda la economía mundial.
Crisis entre jueces
Recordemos cómo empezó todo. El diario El País se empeñó en que el juez Tirado tenía que ser sancionado por encima de cualquier otra consideración, incluyendo las meramente jurídicas. Pero los jueces del Consejo General no lo entendieron así. Y no decidieron conforme les “sugería” el diario de modo tan obsceno como estéril. Y entre el acoso periodístico y la decisión de ese organismo, los jueces de a pie, entendiendo por tales los que aplican justicia, o lo que sea, se soliviantaron de manera tan poderosa como inquebrantable, y la clave de su levantamiento incruento residió en la capacidad de comunicarse a través de medios no convencionales, es decir, los correos electrónicos e internet. Un nuevo motín que usaba como sombreros los correos de internet.
Un viejo molino que se muere
Consumir el fin de semana en la ribera del Miño, en la Galicia profunda, en terrenos de Lugo (¿algo que ver con el Dios Ligur?), es una experiencia reconfortante, pero asumes como unos de sus llamados costes no disponer de conexión telefónica, a menos que te desplaces algunos kilómetros a lo alto de un cerro desde el que consigues comunicar. Esto, asumiendo que llueve, la temperatura es fría y las ganas de desplazarse mas bien pocas, provoca que el fin de semana estuviera casi totalmente desconectado del blog. Y digo casi, porque en el lugar en el que residía -Casa da Fervenza- conseguí, por fin, una ligazón vía ethernet, pero muy puntual, y en lugar en el que me exponía, como dirían los iniciados, a las miradas profanas. Creo que pronto ese lugar dispondrá de conexión wifi y cobertura de alguna compañía telefónica en cantidad suficiente. Supongo que será para bien, aunque el aislamiento es muy de agradecer en algunas ocasiones.
Astrólogos, Valores, Espías y… otras cosas
Ayer, a media mañana, mantuvimos un encuentro en mi casa J. Tamames, J. Leon -editor de Séneca- Jaime Rierola y yo, sin mas objetivo que conocernos mutuamente Jaime y yo , J. Tamames me habló de él y me envió una entrevista que concedió para la fundación Ananta a Koldo Aldai. Rierola es seguidor infatigable de Aivanhov, a quien dijo conocer personalmente y relató algunas anécdotas de cierto interés sobre el personaje, ante la alegría de J. Tamames, cuyo entusiasmo por Aivanhov no es siempre compartido de mi costado, puesto que prefiero, o me llegan mas dentro, por así decir, los análisis mas desprovisto de sustancia propia de la creencia en estado puro, como sucede, por ejemplo, y sólo por ejemplo, con el proceso mental de Krishnamurti después de 1.929 y de D. Bohm.
Vivir es intercambio
Ayer, en el encuentro que os describo en otro post, consumimos un turno en la relación de la astrología con la libertad individual y como encajar el que todo lo que sucede tiene-que-suceder, con nuestra teórica capacidad de influir en el desarrollo de los acontecimientos, en la posibilidad de modelar nuestras propias vidas. Asunto tan viejo como difícil. Hay un catálogo de problemas de la humanidad al que sirven las mejores mentes de todos los tiempos, y que siguen vivos a pesar de las ingentes cantidades de energía limpia consumida en tratar de descifrarlos. Y eso va a seguir así mientras no nos demos cuenta de las limitaciones implícitas en nuestro lenguaje proposicional, que constituye la base del software instalado en la máquina cerebral apara desarrollar nuestro pensamiento humano.
Trivialidades metafísicas y sufrimientos reales
Como pronosticaba en este blog, las declaraciones de Miguel Martín, el ahora Presidente formal de la AEB, han despertado las iras de quiénes sufren en el día a día las consecuencias de los problemas bancarios. Hasta el diario El País, poco sospechoso de querer demonizar a agentes destacados en ciertas estrategia propias de el Sistema, se pronuncia en un editorial acerca de las palabras de este hombre, a las que califica, con una ironía de finura poco usual en ese diario, de “trivialidades metafísicas”.
Es un contrasentido porque lo que es propiamente metafísico merece cualquier atributo menos el de trivial, pero tampoco vamos a exigir excesivo rigor en estas cuestiones a un medio cuyo soporte ideológico es sobradamente conocido, un diario que a diario -me gusta esta redundancia aparente- se apunta a las tesis del materialismo recalcitrante, cosa que, al menos, realiza con cierta elegancia y menos manipulación de la que se vislumbra en el tratamiento de otras cuestiones mas terrenales, pero mas cercanas al primum vivere latino. Ya se sabe que el principio de lo conveniente reclama que en situaciones de deterioro económico las mas sólidas convicciones se reblandezcan, se flexibilicen, se giren copernincanamente si de ayudar a la cuenta de resultados se trata. Por eso decía el hidalgo de los molinos de viento aquello de “cosas veredes, Sancho, cosas veredes”.