Tenemos a nuestro alcance infinidad de estudios acerca de cómo el sistema educativo tiende a acentuar y perpetuar las desigualdades sociales de manera que el éxito y el fracaso escolar, al menos durante los primeros años de escolarización, dependen en mayor medida de las expectativas de los padres con respecto al futuro académico de sus hijos, que se reflejarán en una mayor o menos presión sobre el alumno a la hora de alcanzar unos determinados resultados y metas, que de las propias capacidades o aptitudes del alumno. En pocas palabras, el clásico “si no quieres estudiar, te pones a trabajar” se transforma en muchos casos en “si no sacas buenas notas no sales este fin de semana, te quito la paga o no te compro la playstation”. Amenazas que generalmente no se llegan a cumplir, cuyo objetivo es mejorar los resultados académicos del hijo mediante el ejercicio de una presión constante sobre el mismo. El abandono de los estudios en estos casos no se plantea como una alternativa posible.
Esto de volver de vacaciones, de no leer la prensa mas que por imperativo legal, como dicen los juristas que se creen su oficio, tiene sus ventajas nada despreciables, porque al retomar el contacto, aunque sea a distancia, con la vida oficial descrita en los medios oficiales, -obligatoria redundancia- retorna la agitación nacida en los campos del asombro. Y es que hay cosas que son asombrosas en el lenguaje político. En el lenguaje y en el comportamiento, porque a veces lo que hacen se corresponde con lo dicen, aunque sólo sea por aquello de la excepción que confirma la regla.
Ahora quiero referirme al Sr. Montilla, el Presidente de la Generalitat de Cataluña. Leo en El País que acaba de decir algo así como que le da igual que le da lo mismo lo que diga el Tribunal Constitucional en la sentencia sobre el Estatut. Concretamente, el redactor de ese medio Josep Garriga, define la estrategia de Montilla con la siguiente frase: “que el Gobierno Catalán no piensa, en absoluto, frenar el despliegue estatutario digan lo que digan los magistrados del Constitucional”.
El jueves 30 de julio de 2009 estaba de servicio con mi compañero cerca del Palacio de Marivent cuando estalló una bomba lapa colocada en nuestro coche-patrulla, cuya explosión nos arrancó la vida a ambos.
Nuestra muerte fue fulminante y al poco tiempo la zona fue acordonada por los compañeros de la Guardia Civil y enseguida la noticia estaba ya en todos los medios, mezclada con las de política, de sucesos, de deporte y las banales, que tanto espacio ocupan. Durante unas horas, unos días, mi compañero y yo hemos sido los protagonistas de los medios.
He sido una víctima más de la banda terrorista ETA, uno de los más de 800 asesinados a sangre fría en los cincuenta años de esta organización asesina. Paso así a engrosar la lista de muertes violentas en el mundo, una lista que viene de lejos y que no acaba, y que siempre da argumentos a los que proclaman que el hombre es un lobo para otro hombre y que la ley del Talión es necesaria.
Avaricia Financiera es la expresión que ha utilizado un miembro del Gobierno para referirse a una actitud que imputa a los bancos. Se supone que a continuación debería hablar de avaricia empresarial, para mentar a la que enfermaría a los empresarios del sector real, y, claro, avanzando, avanzando, tendríamos que llegar a una rincón algo inhóspito, en el que, extrapolando su concepto, surgiría la avaricia política, que es la que pertenecería a esa clase de personas que se convierten, por obra y gracia del Sistema, en profesionales del poder.
El asunto surgió a la raíz de la crisis inmobiliaria. Al margen de mis cautelas sobre la pretendida recuperación económica que aseguran ya habita con nosotros y pronto compartirá mesa y mantel, los brotes verdes o como les quieran llamar, lo cierto es que, con permiso de Caluco, la cosa en el mundo inmobiliario, sobre todo en subsegmentos específicos, no parece que vaya a ser dada de alta pronto, ni siquiera, como dicen por los hospitales, trasladada a planta, sino que debe residir un tiempo, no se cuanto más, en la UVI o UCI, que ya no se bien la diferencia, en el caso de que exista.
“Seguí caminando. Llegué al control. Me despedí del funcionario. Crucé la raya y pisé la libertad. Miré hacia atrás. Guardo en mi retina la imagen del edificio en aquel día caluroso y soleado. No sentí una brizna de rencor. Sonreí.
Diez años de mi vida quedaban atrás, algunos de ellos prendidos de aquellos muros, de aquellos alambres, de aquellos olores, de aquellos gritos enloquecidos, de aquellas madrugadas serenas, y de algunos que se alegraron al tiempo que sintieron que aquel día fuera el último de mi vida como prisionero de Alcalá Meco.
De momento había ganado porque había conseguido soportar lo insoportable y tolerar lo inevitable sin el menor daño interior.
Ahora me sentía libre, pero libre de verdad”
Sobre la entrevista en El Mundo, he leído en el blog que me echan una bronca -merecida- por no avisar de su existencia. En mi descargo aseguro que en principio estaba prevista su publicación el día 30 de Septiembre. Al menos esa es la fecha que acordó mi secretaria Paloma Aliende, pero parece ser que en El Mundo entendieron como fecha la última semana de agosto, que es mucho mas flexible…. Por eso no tenía ni idea de que se publicaba hoy. De hecho, cuando Jesús Santaella me envió un SMS advirtiéndome de su existencia, fue la primera noticia sobre este asunto.
La entrevista se hizo en Julio y trata sobre el libro que saldrá próximamente. Mañana os doy detalles del libro y portada, con fechas de comienzo de la venta. Debo estar autorizado para ello por la editorial y con su anuencia lo publicaré mañana en el blog.
Me han enviado el texto de la entrevista escaneado, así que lo adjunto a esta notificación.
Hoy, 24 de Agosto, debe dar comienzo una nueva etapa del blog. Dice Javier León en un correo recibido esta mañana que seguramente se me han pegado las sábanas porque a su hora, a la de costumbre, a esa tan próxima al alba, no se encontraba el escrito de costumbre. Ni el vídeo, que de modernidades de ese tipo algo consumimos antes de inicio del verano.
Javier lo dice porque sabe que ayer, por estas tierras, celebramos un encuentro con gente de una pequeña aldea, encuentro al que no pudo asistir, muy a su pesar, y no por el jolgorio, que lo tuvimos y bien divertido, sino por la faceta de antropólogo que siempre le acompañará. Pero no, no se me han pegado las sábanas físicas, porque a eso de las seis y media de la tarde, se abandonó la sombra de los castaños en la que nos refugiamos del sol, de un sol extraño por lo intenso en este paraje gallego situado a mas de mil metros de altitud.
No se trataba de eso. Mi mucho menos pereza mental. Ayer hablaba con Manolo Franco sobre los últimos acontecimientos del blog. ¿Dudas?. Pues sí, claro. Pero Manolo tiene razón. Este es un rincón en el que conviven personas humanas. Y las personas somos mucho mas que palabras. Quiero decir, que no somos siempre lo que decimos ser y mucho menos lo que aspiramos a lograr. Somos nuestra conducta, como digo sin hartarme, porque la verdad no harta. Quizás desespera, pero no harta.
¿Y eso es miseria?. Pues mas bien o contrario. Si en ocasiones este blog sirve para evidenciar nuestras carencias, nuestras limitaciones, nuestros apegos, nuestras vanidades, nuestras intolerancias, nuestros egoísmos, nuestros yoes en sus facetas inferiores, pues bienvenido sea el espejo que nos recuerda nuestra condición de humanos y, en ella misma, lo largo del camino que nos queda por recorrer si queremos aspirar a eso que algunos llaman planos superiores.
Ojalá fuera tan fácil como pertenecer a un blog, escribir algunas cosas bonitas, reunirse en ciertas ocasiones, respirar y consumir ciertas dosis de humanidad, y que con esos ingredientes solucionáramos los planos esenciales de nuestra existencia. Pues no.
La clave del camino es la constancia. Y el látigo de la inconstancia, como decía Eckhart, es el peor de los azotes para los peregrinos de este sendero al que llamamos vivir.
Bueno, os dejo este pequeño retazo porque todavía siento que se me amalgaman las vivencias y las ideas a ser expresadas. Pensaba escribir con mas calma a lo largo del día, pero Javier me ha traído a la obligación por encima de la devoción, así que cumplo mi cita, breve pero debida, y retomamos este caminar.
Aquí parece que, por fin, el cielo se decide a vestirse de gris. Por eso digo que buenos días a todos
Me encuentro en Galicia, en un lugar en el que colindan las artificiales fronteras entre los viejos reinos de Galicia, Castilla y Portugal. En esta cima, a unos 1.100 metros de altitud, se contempla con total nitidez la artificialidad de las fronteras. Miro hacia el valle y teóricamente contemplo dos naciones actuales (España y Portugal) y tres viejos reinos. Veo pero no consigo localizar ni un solo indicio para comprender el por qué de esa frontera, de esa diferenciación. Los humanos fragmentamos allá donde vamos. La única razón que se me antoja posible es que la fragmentación facilita la utilización del poder. Solo veo un paisaje, una tierra, un valle, unos castaños, unos ríos….No veo fronteras. Ni hoy ni hace mil años, porque, en otro plano, hace mil años, yo, y todos, andábamos por aquí.
El pasado miércoles, en Caimari, una localidad de las estribaciones de la maravillosa Sierra de Tramuntana mallorquina, pronuncié el pregón de las fiestas tradicionales. Lo hice en su lengua. Como respeto a sus tradiciones. El concepto excluyente de la diversidad me parece una falacia demoledora. La unidad por integración de lo diverso, de lo aparentemente diverso, es la regla que permite comprender. Por ello, y a través de ello, la Unidad toma un sentido cargado de profundidad.
En este pregón, frente al concepto excluyente de “foraster” que manejan algunos mallorquines, dejé claro que es el amor a la tierra y el respeto por la tierra lo que atribuye títulos de mallorquinidad o de forastería. No las palabras, porque una vez mas las palabras no son la cosa.
Os dejo dos versiones de ese pregón en castellano y en catalán
Contiene una llamada a la unidad. Y quizás por eso me ha resultado mas doloroso mi reencuentro ocasional con el blog.
Decidí darme vacaciones. Se trata de dar distancia. He dicho ya que el blog vive mas o menos solo. Debería ser así y así es. Ocurre, sin embargo, que algunas cosas que he tenido que leer no me han gustado nada. Peor: me han producido tristeza. Desencanto. Una vez mas. Y es malo el desencanto, porque necesitamos ilusión para trabajar en labores en las que solo la ayuda a otros se convierte en la contraprestación recibida.
Me refiero a la polémica sobre el encuentro de Octubre. No es un encuentro del Blog, pero si de las personas que de él forman parte. Y de ese tipo de encuentros surgen o pueden surgir muchas cosas positivas en diferentes planos. A condición, claro, de que siempre lo presida la tolerancia y no lo monopolice ninguna forma de dogma, proceda de donde proceda. Cuando el pensamiento se convierte en dogma aparece lo religioso en el peor sentido de su expresión. El dogma que apela ala fe es algo voluntario. El dogma que se disfraza de razón es peligroso, cuando menos muy peligroso, sea del signo que sea.
Temía este reencuentro con el blog. Y mis temores andan algo fundados, a la vista de lo que he contemplado.
Nadie debe creerse en posesión de ninguna verdad. No hay mas verdad que la experiencia. Si no somos nosotros capaces de ejercer la libertad y la tolerancia, ¿qué hacemos manteniendo un lugar como este blog?. Nos llenaremos de palabras, de frases, de deseos, pero todo eso quedará laminado, una vez mas, por el surco de nuestra conducta. Con eso matamos cada día el espiritu del blog y si desaparece el espiritu o simplemente resulta dañado en exceso, la forma, la materia, se irá con el al vacío
Pensemos. No se trata de dar la razón a uno u o a otro. No he leído nada ni pienso hacerlo. No son buenas lecturas. Al menos no lo son para mi, por la carga de frustración que contienen. Cuando algo así sucede es que todos, los que estás ahí y los que no hemos estado, todos, sin duda, somos culpables de algo. Así que mas que acusar, dividir, fragmentar, un ejercicio de humildad y modestia, de renuncia a la vanidad, es lo único que nos hace libres. Para estar o para no estar. Pero en todo caso, con conocimiento de causa.
Quizás el blog no ha podido resistir las vacaciones. Quizás. Tampoco pasaría nada. La labor está iniciada. Siempre habrá quien a continúe.
Cada vez que ETA mataba, en todas las ocasiones en las que vertía sangre humana, la imagen de todos los políticos unidos, al menos en apariencia, condenando el terror y los asesinatos, me parecía algo artificial -al margen de sus sentimientos verdaderos, que seguro serían sinceros en el dolor. Pero me parecía algo así como seguir un guión elaborado para estas ocasiones. No veo fácil actuar de otro modo. Pero esa era mi sensación, y por ello me resistía a escribir una linea. Tengo mis ideas sobre el terrorismo, pero no es del caso. Ocurre que he recibido un artículo de Isabela Di Carlo, a quien conocí en Mallorca. Y os lo dejo. Como siempre, las opiniones de quienes escriben en el blog son suyas, no del blog, Ni siquiera mías. Puedo o no estar de acuerdo con ellas, pero eso no es lo que cuenta. Se trata de saber si pueden traducirse en reflexión, si aportan puntos de luz o de sombra, que ambos sirven para reflexionar sobre lo que sucede. Aquí lo dejo y hago una excepción a las vacaciones del blog por razones que no necesitan aclaración.
Psicóloga Isabella Di Carlo – Autora de VALORES QUE CURAN www.anahataediciones.com
Ayer ETA volvió a matar, esta vez aquí, en Mallorca. Dos hombres jóvenes han caído a manos del terror. Todos los partidos políticos se han reunido para condenar el atentado, en eso, si logran ponerse de acuerdo. Nos han dicho lo que siempre nos dicen, que ponen todos los recursos para acabar con la violencia. Si uno desea acabar con un problema, lo primero es comprenderlo cabalmente. ¿De dónde surge la violencia? ¿Es ella un asunto que concierne principalmente al gobierno? No, mil veces no. La violencia es contraria a la vida y cuidar la vida nos concierne a todos, todos los días.