El materialismo espiritual es corrosivo como apuntábamos en el artículo anterior. Hay tres factores que determinan el nefasto camino: la ignorancia, el miedo y el orgullo. Como es la primera –el miedo-, causa de las dos siguiente, nos vamos a centrar en ella retomando el tema del materialismo espiritual y las creencias. Y me basaré para ello en un ejemplo pragmático que nos puede ayudar a entender a qué me refiero con todo esto. Para ello, nos haremos valer de una pregunta llena de miedo, ignorancia y orgullo. Es la siguiente: ¿Era Jesucristo homosexual? Esta pregunta encierra una trampa tremenda, y es por ello que es apropiada para comprobar en nuestras carnes cual de los tres factores dominan nuestras vidas
Decía que la creencia en sí misma no es mala. Pertenece a ese tipo de productos psicológicos que pretenden adormecer, tranquilizar o procurar seguridad ante los interrogantes de la vida, sobre todo esos que ante la imposibilidad de una respuesta segura, son productores de angustias. El problema viene cuando la creencia psicológica se transforma en creencia social. Es decir, traspasa de lo meramente privado a la esfera pública, creándose con ello un magma productor de realidades intangibles.