La cita era a las 8 de la tarde en el elegante Hotel Intercontinental de Madrid. La tarde era calurosa, inusualmente calurosa para la época del año en la que nos encontramos, y ese calor se vio trasladado a la sala en la que iba a tener lugar la presentación, cuya entrada se encontraba presidida por una gran pila de libros que terminaría por desaparecer al final del acto.
Una hora antes del comienzo, los primeros asistentes ocupaban ya alguno de los asientos dispuestos en la enorme sala destinada a acoger el evento. Poco después se hacía imposible encontrar un asiento libre y es que aquello era algo más que la presentación de un libro. El calor de la calle había inundado la sala de calor humano y cuando a las 8, con puntualidad absoluta, hicieron entrada los protagonistas del acto, ese calor humano les dio una gran acogida entre aplausos y flashes de cámaras. Había medios de comunicación, sí, creo recordar haber visto cámaras de Europa Press, Antena 3, Diario de Alcalá… evidentemente el acto despertaba el interés de los medios pues no se trataba de una presentación al uso. Memorias de un preso, pero no de un preso cualquiera y una presentación a cargo de Luis María Anson, presidente de ABC en los tiempos que rememora el libro, y de Jesús Calvo, director del centro penitenciario de Madrid II en la misma época. Pero ante todo, era una presentación entre amigos y así quedó reflejado en el ambiente que se vivía y en las palabras de los asistentes.