Los ángeles de Zway

      65 comentarios en Los ángeles de Zway

El Loco personalSalimos de la escuela satisfechos. Preferimos llegar a la comunidad salesiana andando y así despejarnos tras las actuaciones de la mañana. Hacer el payaso sesión a sesión para más de dos mil quinientos niños de la etnia Oromo era realmente duro. En la misión nos esperaría todo el grupo para comer algo acompañado de engera, una especie de pan de sabor ácido elaborado con granos de teff, duro al paladar que no esté acostumbrado al mismo. Hacía calor en la ciudad de Zway pero el entusiasmo de los primeros días y el impacto con el país nos hacía estar aún algo frescos. Etiopía nos había impactado por muchas cosas, pero sobre todo, por la candidez de sus niños, por sus miradas profundas, por sus lamentos disimulados y respetuosos. Había en sus miradas una lucidez inusual.

A la salida, nos quitamos la nariz y el traje de payasos y abrimos nuestros rostros reales a los niños. Aún así, nos reconocieron al salir y se acercaron con prisa para abrazarnos y saludarnos, primero con timidez y luego con expresiva alegría. Nos cogieron de las manos y estrecharon fuertemente un lazo invisible que no deseaba abandonar nuestro paseo. Empezamos a cantar mientras paseábamos por las calles desnudas de asfalto, polvorientas y secas, plagadas de pobreza extrema. Nada importaba. El canto, el sonido de la Alegría era profundamente más potente que toda miseria. Los niños se abalanzaban unos contra otros, incluso aquellos que separados de la educación y el abrigo de la comida podían disfrutar del festín alegre. Había algo que nos parecía imposible. Esa manifestación de amor, de sinceridad, de cercanía era inverosímil en Occidente. La calle bullía de una extraña mezcolanza. Algo diferente en nosotros se estaba creando. ¿Hasta qué punto fuimos conscientes? Los mayores nos saludaban y veían como sus hijos danzaban entre nosotros con una luz radiante mientras guiaban nuestros pasos por ese laberinto de casas. Nos sentimos protegidos por esa lucidez y quisimos que las calles no acabaran nunca. La alquimia del contacto humano, franco y cercano, estaba bullendo en nosotros.

Seguir leyendo

Fracaso técnico, moral e intelectual. (Estefanía en El País)

nueva-foto-blogInteresante el articulo de Joaquín Estefanía en El País.

Se llama “utopías regresivas” y sitúa en el mismo plano de fracaso colectivo la caída del muro, es decir, la destrucción de lo que llama ”estatismo burocrático”, y  la descomposición ruidosa del “radicalismo del mercado”, palabras con las que bautiza el fracaso actual del sistema.

Cuestiones terminológicas aparte, lo mas significativo reside en el fracaso de aquel “fin de la historia” que nos fue pronosticado hace años, precisamente a raíz o por causa de ese muro caído, sosteniendo la tesis de que el modelo capitalista, la economía de mercado y su correligionaria democracia en el modelo occidental, suponían el fin del debate histórico sobre el mejor modo de organizar la convivencia entre los seres humanos.

Error. Pero error de base porque el ser humano, al menos en su estructura de pensamiento actual, tiene tendencia a convertir la utopía, el modelo de convivencia, en instrumento de acumulación y dominación. Frente a los valores en los que se intenta cimentar un modo de convivir, al día de hoy la ley consiste   en que demasiados seres humanos se mantienen en sus no-valores colectivos buscando exclusivamente su beneficio personal en forma de dinero o poder. El espectáculo se contempla en la escena económico financiera y en la política. Lo hemos comentado en muchas ocasiones en el blog.

Mientras estos sean los modos de pensar no podemos esperar distintos modos de comportamiento

Pero me interesa el articulo de Estefanía y sobre todo un par de párrafos que os transcribo. Son estos Seguir leyendo

La ausencia

      116 comentarios en La ausencia

GeorgeLa historia de muchas vidas es (resumiendo de forma grosera y basándome en mi mismo), la de la frustración y el refugio en la ausencia. Un buen día de esos con ganas de eludir lo palpable para refugiarnos en lo otro, fui a una de mis librerías favoritas. No sé si fue en Fuentetaja, la Marcial Pons del Conde del Valle de Suchil, Diógenes o Menéndez. O tal vez a la franquicia de Bertrand de mi barrio. No una de esas impersonales y mal atendidas como El Corte Ingles o la Casa del Libro.

Llegaba de un rodaje humillante, lleno de golpes en las piernas, el cerebro y el corazón (amar el cine, habiendo leído algo distinto El Pais, es muy duro en España. Yo lo estoy dejando). Me atendió un librero rellenito con barba y gafitas. Vio mis peticiones históricas y dedujo que teníamos gustos parejos. Cuando pregunté de que se trataba esa afinidad, me dio un mordisco de realidad, de esos que dicen los americanos: “yo colecciono libros sobre el suicidio”.

Seguir leyendo

El sueño, el anhelo, lo real y los ascensorinos

blogSi sonreimos y soñamos a la vez, posiblemente signifique que aquello que soñamos nos sienta bien. La primera sonrisa de un bebe aparece siempre ante el rostro de su madre.

¿Es lícito anhelar  vivir un sueño? ¿Es la mente la que decide si es lícito o no? ¿O es la mente la que tiene miedo de comprobar que la intensidad de un sueño pudiese no ser trasladado a la vida real? Aunque perdiese intensidad, ¿valdría la pena vivirlo?

¿Y el alma que dice?

El alma crea y la mente le da forma. El músico crea (alma), pero necesita dominar una técnica (mente) para poder expresarla. La mente tamiza la arrolladora fuerza del alma, la situa en el plano terrenal, pero no por ello pierde su fuerza. ¿Y los sentimientos donde quedan, en la mente o en el alma? AP habla de la mente adolescente, pero el adolescente es la persona (mente y alma), que expresa la fuerza del alma sin tamizar, sin conocerse profundamente todavía y por eso a menudo se equivoca.

¿Es el impulso adolescente algo despreciable una vez acabada esa etapa? ¿Es la inocencia algo despreciable  una vez acabada la etapa infantil?

Hace unas semanas estaba con unos niños explicándoles un cuento que me había inventado. Trataba de los “ascensorinos”, unos extraños habitantes que vivian en el centro de la Tierra, en un lugar donde confluían todos los huecos de los ascensores del mundo. Por esos huecos habían caído las cosas más insólitas, desde monedas, llaves, hasta cartas de amor en todos los idiomas imaginables. Nadie podia imaginar lo que los ascensorinos llegaban a atesorar de los seres humanos, porque nadie jamás había llegado hasta ellos. Una de las niñas (8 años) me preguntó: ¿Existen los ascensorinos? Me supo mal la pregunta. Generalmente en la vida cuando preguntas si algo existe la respuesta es “no”. Yo le contesté:

-No os entristece que cuando preguntais si algo existe os digan que no? Seguir leyendo

Femenina inteligencia

      333 comentarios en Femenina inteligencia

atatiLa Femenina Inteligencia, tanto a nivel cósmico como a nivel evolutivo, humano y personal, es la reacción natural a la Masculina Voluntad. Ambos Aspectos forman la primera Dualidad cósmica.

Durante toda la historia conocida de la humanidad, las mujeres siempre han aceptado resignadamente, y todavía lo siguen haciendo en muchas zonas del Planeta, todo aquello que no les gustaba de los hombres, porque, sencillamente, desde el principio de los tiempos, ellos eran más fuertes, físicamente hablando. Desde el inicio de la humanidad, los hombres han forzado, golpeado o matado a las mujeres, si éstas no acataban sin rechistar cualquier apetencia de sus amos.

El dominio prepotente y violento, impuesto por el hombre sobre la mujer, hizo que los primitivos hombres no tuviesen necesidad de recurrir al pensamiento para relacionarse con las primitivas mujeres. Los hombres no utilizaron la cabeza con las mujeres, sólo la violencia si era preciso lograr su voluntad contra la voluntad de la mujer. Por el contrario, las mentes de las mujeres tenían que experimentar la situación opuesta. Su voluntad no les valía para nada.  La mujer no tuvo más remedio que desarrollar la belleza y la inteligencia, convertidas en un inestimable instrumento en el proceso evolutivo de la Humanidad.

Seguir leyendo

“El presidente del PP avisa de que sacará de las listas a los que no le obedezcan”.

nueva-foto-blog“El presidente del PP avisa de que sacará de las listas a los que no le obedezcan”. Esta frase se toma literalmente de la portada del diario El País

Según el rotativo, el líder del PP explicó que es el Presidente del Partido el que confecciona las listas y que, en consecuencia, si alguien se rebela, si no obedece sin rechistar, si tiene criterio propio,  se quedará fuera de ellas. Y como son muchos los que sólo viven de la política, la cuestión trasciende lo estético para incardinarse en lo existencial.

No se trata exclusivamente de prosperar políticamente en una carrera dentro de un partido, sino de algo mas inmediato: subsistir. El precio de ser parlamentario es la obediencia ciega, es decir, la renuncia a la voluntad, y si se quiere hasta la propia dignidad.  Me parece tal despropósito que cuesta escribirlo. Quizás el consuelo resida en que uno nunca sabe si El País publica lo cierto o usa una percha para afirmar lo que otros no dijeron en su literalidad. No se. Puestos a desconfiar, casi prefiero verter mis dudas sobre el afecto que por los hechos siente ese diario, pero es que en aquella casa -me refiero ahora al PP- este modo de pensar no es excepcional.

Corría el año 1994. Se convocó una reunión de los órganos máximos del PP. La intervención de Banesto quiso ser sometida a análisis en la reunión. Aznar se opuso. Su argumento fue el mismo que el que aflora hoy: quien hable de eso no va en las listas. Un testigo presencial me lo refirió. Todavía está vivo, aunque ya es mayor. Lo cierto es que entre los dirigentes del PP solo hablaban de Banesto en general y en particular de mí los autorizados por Aznar para insultar, como Rodríguez, por ejemplo, que fue portavoz del Gobierno, que dicho en francés sería algo así como “la voix de son maitre”. Cumplía órdenes. Es todo. Otra cosa es el precio de ejecutarlas. Pero cada uno con su capa -nada tan amplio como la noción de capa- hace el sayo que mejor le cuadre, y en este caso el refrán se invierte, porque el sayo sí muestra quien es el monje.

Seguir leyendo

La ley humana

      97 comentarios en La ley humana

imagen-1Resulta difícil poder afirmar con criterio objetivo si el actual estado de crisis de valores es producto de nuestra actitud individual, o bien es fomentada por la actuación global de gobiernos, corporaciones y entidades que operan en nuestro ámbito local, nacional e internacional. Lo que no resulta tan difícil, es reconocer que la sociedad, como cuerpo civil, se halla hoy en día desmembrada, descreída y limitada a sostenerse en un nivel donde aparentemente su función democrática ha de limitarse a depositar cada cuatro años las papeletas oportunas en las urnas. En ese sentido, resignados como estamos en lo colectivo a vivir bajo un constante aluvión de información, ha pasado casi de puntillas un suceso que debiera haber provocado una profunda reflexión: el desfase informativo referente al número de manifestantes en la reciente manifestación en Madrid contra el aborto.

Es de suponer que la manifestación es una herramienta de expresión social y que ha de tener un fin que vaya más allá del desfogue festivo dominguero, por decirlo así. Estableciendo un paralelismo con la jornada electoral, debiera respetarse el índice de participación reflejado en el número de participantes con la misma exactitud, rigor y transparencia con que se controla el número de votantes (por supuesto, dentro de una razonable variación dada su naturaleza). Y es que, si una persona elige asistir a una manifestación -o lo que es lo mismo, a dar testimonio con su presencia de su solidaridad y empatía con los hechos que las motivan-, está ejerciendo su derecho a expresar su acuerdo o desacuerdo (a participar, en suma) con el rumbo que pretende tomar la sociedad en la que vive. Un derecho que debiera ser no sólo permitido, sino valorado y alentado; al menos, si quiera, contabilizado.

Seguir leyendo